
Cuando silenciamos el ruido, podemos conectarnos con el sonido de la creación. Una hermosa propuesta para incentivar a los niños a escribir de una manera diferente.
– Cerrar los ojos y en silencio, durante algunos minutos, escuchar los ruidos y sonidos del ambiente.
– Luego, sosteniendo ese silencio, anotar en un papel lo que escucharon.
– Basados en ese registro, escribir un relato.
Ejemplo:
Escucho y anoto:
un timbre – bocinas – un chico llorando – un estornudo de mi hermanito
Elaboro un cuento:
“La mañana parecía silenciosa pero me desperté con el llanto de un niño. Me asomé a la ventana y sin poder contener las ganas de estornudar, vi más autos que de costumbre. Sus bocinas me aturdieron. De pronto sonó el timbre y me sobresalté porque era muy temprano y yo no esperaba a nadie”.