
Los aromas nos llevan a distintos lugares, situaciones o personas y es un muy buen recurso para inspirarse y escribir o contar historias.
La propuesta consiste en:
Reunir distintos elementos aromáticos (albahaca, café, cacao, colonia, etc).
Ponerlos en frascos o canastitas.
Invitar al silencio y que el niño intente conectar con ese aroma (puede utilizarse una música suave de fondo).
Preguntar al niño si ese aroma le hizo recordar a algo, qué sensación le produjo. Poner la sensación en palabras y/o un dibujo. Escribir una historia.